viernes, 24 de junio de 2011

esa ligera brisa



esa ligera brisa medio aplaca el calor soporífero de la tarde, entra por una ventana y acaricia su torso desnudo, tumbada de costado, en la cama, se va como vino dejando una sensación confortable en su piel, tantas veces besada, en la soledad perdida de un instante, ajena a las penas de sus días intersemanales, siente pereza, se siente completa, un espejo refleja su cuerpo, delgado, braguitas diminutas, caderas de infarto, le habían comentado entre susurros jadeantes mientras exploraban con destrezas desiguales sensaciones de éxtasis, ora complacidas por aquel juguete que vibraba sobre su sexo, sonrojadas las mejillas, el placer llegaba en oleadas placenteras, ella o él en su mente, tanto daba su fantasía en aquel momento egoísta