sábado, 27 de noviembre de 2010

Nadie sin ti pero a pesar de todo buscando la existencia inane del placer corporal en otros puertos a los que amarrar la cuerda de la mía pasión,  por aquello que se oculta entre las curvas de las mujeres y  que en el contornear de mis manos endurece el ánimo palpitando en un latir obscuro que delata mi debilidad, busco y encuentro lo que contigo ya tengo y entretengo el tiempo entregando mi lealtad a tí, en esos ojos que llorarían si supieran lo que hago pero que hacen lo contrario que la honestidad personal pide, engaño, luego existo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

PARA QUE LES VOY A CONTAR



... y a pesar de la locura que embargaba la lucidez de mis actos defendí mi opinión sobre el mundo a través de la elocuencia y  a través de unos movimientos, excesivamente gesticulantes, con las palmas de las manos haciendo eses hacia arriba en una explicación con palabras que volaban de mi boca, entre vocalizaciones altisonantes y puntos de saliva que escapaban, delatores de una verborrea etílica, hacia ningún lugar incómodo, (espero), encegado como estaba en aquella mesa de viejos amigos que , improvisadamente, por obra de la mano creadora del destino incierto se encontraron en la cola de un cine y que, casualmente, sentaronse en butacas contiguas, hablando así de incómodos de cosas futiles,  con las palabras costumbristas con las que se intentaba pasar el trago entre las palomitas y la película salvadora, silencios espesos que recuerdan en los ojos de los viejos camaradas lo que fuimos alguna vez y ahora ya no eramos, penetrados por el sistema social, emparejados con nuestros peajes vitales de obligaciones laborales y créditos por pagar, tanto valen los económicos como los emocionales, viejos traumas con nuevos desequilibrios en el día a día de la existencia cotidiana sin sentido ni rumbo definido, salvo el hoyo donde los restos despojados de vida se convierten en la nada insignificante  de lo que fueron, olvidados en las centurias de años venideros.
...y entonces descubrí, oculta tras la carta de las tapas, a la sonrojada pareja mía  , mirada perdida ante la guerra perdida que implicaba su existencia a través de mi, adorable?, ingenio, la resistencia del amor puesta a prueba una vez más, puntadas de pies en petición de auxilio, bajo la mesa, ante las parrafadas evocadoras de tiempos pretéritos, mejores?, que alcanzaban a darme, por equivocación?, cogiendo la escurridiza mano de Eva, en un dado momento, para reafirmar la posesión de la que disfrutaba, ante lo que, mi primera persona del singular, creía miradas de Jaime a la belleza incólume de mi compañera de contactos carnales, cada vez menos, o sea mi pareja, (¿o fue?), y justo cuando todos creían haber salvado el trago amargo del compromiso, una ronda de copas más reunió los sentimientos retenidos a la formalidad correcta que en aquella mesa aleatoriamente dispuesta por la mano invisible del disponedor de tramas humanas se dejaba llevar por un ocioso espectáculo de histeria y vergüenza ajena al que era transportado por la nube etílica de la vanidad.
...y la cosa esta de la velada terminó, a mi profundo pesar, en el momento en que mi cuerpo, en un desliz imprevisto, (mano invisible que mueve sillas),  aunque previsible dado el estado embotado de mis neuronas, cayó cuan patético era con mi dignidad tirada por los suelos, el karma irremediable que había guiado mi vida hasta las colillas aserrinadas de aquel local castigaba a la parte inconsistente de la persona que no era y trataba de ser, aprovechando la oportunidad marcharon raudos los acompañantes improvisados del pasado que en el presente huían hacia sus perfectas y correctas vidas de buenos ciudadanos, quedando el orgullo herido en la locuacidad etílica con la que había defendido mi utópica visión sobre las cosas en un viernes por la noche de no sé que local.
...y allí aserrinado y despeinado, despedido del mundo y por el mundo, a solas con mi única verdad, con las evas de mi vida: la que sufría en parte pero me amaba en el todo, acompañando mi cruel derrota en los pasos zigzagueantes que nos llevaban a casa, besos húmedos que me cubrieron mientras desvestían la humanidad encerrada en decepciones que a su lado no eran tales y que tal mujer me fuera a querer para que les voy a contar como decía aquel cantante recién descubierto, un tal Joaquín Sabanas o algo así, perdonen mi estado pero me estoy durmiendo...