jueves, 10 de junio de 2010

Algo para contar

La historia perfecta en el entresueño se cruza, visitándome en las brumas de unas caricias suaves, aparecen un marasmo de letras apretujadas como en una bolsa de plástico escapando por un hueco que existía a la orilla de unos labios perfectamente maquillados, turgentes y gruesos, de mujer, rojo pasión,  regiro mi cuerpo envuelto en el sudor de la sábana que cubre mis delirios oníricos, van de una en una en fila,  colocándose ordenadas en una gran hoja blanca, saltan por encima de mi cabeza que es revoloteada por negros pajaros de objetos que brillan como el oro en sus picos, a manotazos, en vano, intento espantarlos pero se ríen de mi patetismo futil, entre plumas la veo: una sucesión de palabras que armoniosamente conformaban frases, oraciones, párrafos, era un deleite perderse entre sus líneas, aunque veía su forma no lograba aprehender su significado, el contenido se me escurría entre el sopor y el despertador sonando a las seis, lástima parecía una bella historia , algo para contar que no fueran aquellos molestos pájaros, levantome, orino, me lavo manos y cara, agarro el cepillo de dientes, froto con fuerza el sarro de la noche, me enjuago la boca escupo el agua, ¡clonc!, oigo que cae un objeto en la pica, un metal brillante y reluciente, vagamente recordado entre sueños...

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