Sueños de un perdedor iluminan
la estancia de un recuerdo
en una turbada memoria
que desconoce la fuerza
escondida, alma rota,
perpetrado el engaño,
una ilusión se deshacía
al compás de una canción
de rock,
whisky irlandés
en el que las penas
se ahogan murmurando
al ingenuo idealista
traspasado por las mentiras,
hundido, sin salvación
estrechaba su condena
entre las manos de la copa
agotando las lágrimas,
empeñadas en llorar
hacia dentro quemando
las heridas de una despedida
abrupta, acantilado precipitado
empujado por la imagen de tus piernas
entrelazadas a las de otro
lecho conyugal, violentado,
impune, cierra la puerta
silenciosos escalones,
el bar de la esquina,
un whisky irlandés.
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