Instante, el presente instante,
sucedáneo de vida marchita,
tímida la esperanza
de lo cotidiano despedazada,
sueños de antaño, convertidos
a la insulsa nadería de un bucle
por repetidos actos rutinarios
que ahogan los suspiros
en nuestro reloj interior,
arena del tiempo que se escurre
entre los dedos del negro
corazón,
me queda el latido
inconstante,
arrancado al aburrimiento
que siento al mirar,
sólo un momento,
el televisor, apagado,
de la sala de estar.