sábado, 6 de febrero de 2010

Boquerones

Recortando la esquela del periódico, guardando un recuerdo de aquel fatídico día en el que decidistes, sin consultar, marchar para siempre, tú que nunca pedistes una mano, aunque, estúpido de mi, debiera descubrir esa tristeza profunda que invadía tu interior, que corroía tu alma. Cero despedidas, gritos al girar la llave y abrir la puerta del infierno, yacías inerte junto aquel maldito tubo de pastillas que como todo en la vida en exceso mataba.
Y te moristes, quedando viudo, solo y borracho. Sólo me quedaba el recorte de papel con tu nombre, tus cenizas navegaban por el Mediterráneo en la barriga de algún pez, una sardina tal vez, por eso tenía un papel con varios boquerones frescos, por si en alguno de ellos hubiera un ínfimo rastro de tí, los aliñe con arsénico lleno de compasión y los devoré con un buen albariño, en los primeros dolores sentí que pronto me reuniría contigo amor, si es que había algo más allá de la vida, sino lo que estaba haciendo era una auténtica locura de hombre desesperado, ciego de amor que no resistía existir sin tu dulce compañía, me muero...

2 comentarios:

  1. Buenisimo, eres la pera¡¡. Siempre que coma boquerones, si estoy acompañada, contare tu historia.
    Un saludo
    Taliesin

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  2. jo...ahora cada vez k me coma un boqueron me lo pensare..
    saludos
    Lela

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